De la misma manera en que establecemos relaciones entre conceptos propios de diferentes sentidos como la vista o el gusto, ¿es posible que podamos relacionar el oído y el olfato? Más concretamente, ¿podríamos "escuchar el vino"? ¿Alguna vez has escuchado que las penas son amargas o que el rojo es el color de la pasión? En esta ocasión quiero hablaros sobre este ameno tema ya que últimamente he recibido noticias de nuevos proyectos e ideas al respecto. Ahí va la mía!! Escuchar música es una de las actividades que más redes neuronales activa en el ser humano; la música pone en acción el sistema límbico, la parte más profunda de nuestro cerebro, donde radican las emociones. Con el potencial de la música y el proceso de descubrir cuales son los timbres, ritmos y armonías que mejor expresan un vino, surge uno de tantos proyectos, Wine Loves Music, basado en la sinestesia de sentidos y con el que cuatro apasionados de la música, el vino y la psicología quieren que los bodegueros agreguen una composición musical única y exclusiva como herramienta de marketing para impactar en su público. Lo cierto es que siempre se ha escuchado, pero hasta hace poco no le hemos prestado atención. Si recordamos la última vez que compartimos un vino, seguro que la música y la conversación estaban presentes. Sin darnos cuenta, esa música nos afecta a la hora de disfrutar de un vino, y así lo avalan diversos estudios científicos que demuestran que el sonido afecta a como percibimos un olor o un sabor determinado. Lo que hacen en Wine Loves Music es crear la música idónea para la degustación de ese vino. Independientemente de este proyecto que os nombro, entre otros que existen hoy en el mercado, yo personalmente siempre he defendido ese apartado melódico como parte del maridaje del vino, si habéis seguido mi trayectoria de artículos publicados, podéis constatar que así es. También en mis Catas en Esencia, con diversos clientes y en Las Catas Flamencas organizadas por Ventana Abierta, se ha escuchado al vino y el artista nos ha transmitido su mensaje personal. No concibo una degustación de vino sin un acompañamiento musical también, dónde surge la complicidad entre los degustadores o al sugerir la que yo creo conveniente, se crea una comparativa instrumental muy interesante... Al fin y al cabo, las notas de cata y las notas de un piano son el equivalente olfativo y auditivo de un mismo concepto. EL VINO Y EL JAZZ El zumo de uva fermentado es bastante ácido y nada dulce, tan ácido y poco dulce como lo son los acordes de séptima, los tritonos y esos ritmos imposibles de bailar contenidos en el jazz. La primera vez que escuchas jazz es prácticamente igual que la primera vez que pruebas el vino; intuyes que ahí adentro se esconde un maravilloso mundo de deleite y sensaciones, pero has de hacer un esfuerzo para disfrutarlos. Si te empeñas en hablar de la calidad de tus vinos, de su maridaje, de lo maravillosa que es tu bodega, o del esmero cuidado con el que tratas tus vides, es como si un músico de jazz tratara de encontrar nuevos adeptos a este estilo de música hablando de su maravillosa técnica interpretativa, su abultado currículum, o la elegancia y delicadeza con la que omite ciertas notas que dan a su música una sonoridad vanguardista y un tanto sofisticada. A diferencia de una cerveza fresquita, con su espuma blanca como la nieve queriendo salir de los bordes del vaso y que te invitan insistentemente a saciar la sed. A diferencia del suave amargor de un gin tonic, que te acoge con ese seductor y transparente tintineo de los cubitos de hielo al agitar la copa de balón. A diferencia de un cava elegante, que te hace sentir sofisticado con esa copa esbelta en tus manos, mientras por azar descubres aromas y sabores modernos que se esconden tras ese dulzor etéreo y tímido. A diferencia de todos ellos, el vino tinto casi nunca entra a la primera…Recordad esa expresión en la cara que suele darse en muchas ocasiones al primer sorbo…
Y es que para disfrutar plenamente de un tinto crianza en época veraniega, hay que hacer un esfuerzo. Ese esfuerzo que se compensa con creces cuando logras destapar los secretos de sus aromas y texturas, y entras casi sin darte cuenta en un mundo maravilloso de descubrimiento y deleite, del que ya no vuelves a salir. Con esta comparación quiero darte a entender que hay que prestar atención a todos los sentidos mientras saboreas un buen vino. Y de ese modo debes decidirte a "probar" la música del vino por muchas más razones que la música en sí. Yo he hablado del jazz, pero tú eliges el estilo musical al que te lleve el vino. Ya sé lo que estás pensando. ¿Qué tiene que ver la música con el vino? Un millón de cosas, créeme, pero haz la prueba. Deja que el vino te hable o te suene…
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irene sayasEntusiasta y conocedora de la magia del vino. El vino evoca, convoca y provoca... *Archivos:
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